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La inversión en productos financieros conlleva riesgos
¿Cuáles son las principales tipologías de riesgo?
- Riesgo del Mercado: es uno de los principales y viene dado por las oscilaciones del valor de la inversión con motivo de las fluctuaciones internas del mercado de referencia para una tipología de productos determinada (por ejemplo, es conocido que los mercados de valores son más volátiles que los mercados de renta fija).
- Riesgo emisor: si la sociedad o la Entidad que ha emitido el título en el que se invierte no mantuviese las obligaciones contraídas, el inversor podría perder los intereses y también el capital que ha depositado (en esos últimos años ha habido algunos casos importantes de sociedades emisoras insolventes: la segunda D, la diversificación entre títulos, es el remedio adecuado para este riesgo).
- Riesgo de liquidez: este riesgo está relacionado con la posibilidad de transformar la inversión en dinero sin una pérdida significativa del valor. La elección de un producto con poca liquidez podría no admitir una rápida recuperación de la inversión.
- Riesgo de cambio: puede ocurrir cuando se invierte en títulos o en productos que tienen una divisa diferente del euro, como por ejemplo el dólar, la libra esterlina, o el yen. La fluctuación del tipo de cambio puede generar minusvalías bastantes significativas.
Cada inversión puede contener uno o más de los "riesgos" mencionados anteriormente. De hecho, el rendimiento de una inversión está directamente ligado al riesgo.
Sin riesgos el rendimiento siempre es menor. Sin embargo hay un elemento que puede reducir considerablemente el riesgo más importante, es decir el Riesgo de Mercado. Este elemento es el "Tiempo".
La volatilidad -y lógicamente el Riesgo del Mercado- se reduce cuando aumenta el tiempo de mantenimiento de la inversión, por lo que es fundamental que se mantenga la inversión al menos durante un tiempo razonable.
Además, si la inversión se realiza de forma progresiva, a través de un plan de inversión periódico, la volatilidad se reduce todavía más, ya que se entra en los mercados en momentos distintos, con bajadas y subidas, obteniendo así un precio medio más favorable.